Entró a mi mundo, el COVID-19...Quédate en casa.

Es difícil vivir así y he comprendido varias situaciones; por ejemplo: al pájaro en su jaula, trinando, solo trinando. No puede salir de su cárcel.

Recordé los zoológicos, ir por los pasillos, viendo todo tipo de animales. Al pasar, nos observan y los observamos. Ellos, imposibilitados, caminan hasta el tope de sus celdas. Nos sentimos así...

Para las poquísimas ocasiones en que debes salir es obligatorio usar el cubrebocas, en esta temporada primaveral, con temperaturas de 35 a 38 grados. Recuerdo también, a algunos países musulmanes, donde las mujeres portan prendas como: haik, abaya, nicab; con que se cubren el rostro, y calurosas túnicas, aunque las temperaturas sean extremas.

Cuando me puse por primera vez el cubrebocas, me sentí asfixiada, no podía respirar bien.  ¿Cómo sobreviven esas mujeres que al salir de su casa tienen que vestir así? En algunos países, no solo tienen que usar esos calurosos atuendos, además deben ir acompañadas de un hombre: padre, hermanos, esposo o hijos de cualquier edad, pero que sea un... Hombre.

Yvonne Lozoya.

Mayo 2020.